La menopausia marca la interrupción de la menstruación en la mujer y el fin de la liberación de los óvulos por sus ovarios. Consideramos que una mujer es postmenopáusica cuando durante un año desaparece su menstruación.
Aunque la menopausia les llega a las mujeres alrededor de los cincuenta años, en algunos casos puede sobrevenirles entre los cuarenta y sesenta años. Las últimas reglas son más irregulares y el derrame sanguíneo es más débil. Por otro lado, las reglas de ciertas mujeres no cambian.
Además de la menopausia normal o natural, también existe una menopausia prematura. La menopausia prematura se produce antes de los cuarenta años y puede ser causada por factores diversos, como la extirpación de los ovarios, ciertas afecciones autoinmunes, factores endocrinos o un tratamiento contra el cáncer. Ciertas intervenciones médicas, como la histerectomía (extirpación del útero), también pueden provocar la interrupción de las menstruaciones ya que la producción de las hormonas estrógenos y progesterona acaban, y los síntomas de la menopausia se ponen en marcha.
Causas
La menopausia es una fase normal del proceso de envejecimiento. El folliculostimuline (HFS) y el lutéinostimuline (LH) son secretados por la hipófisis y son uno de los fenómenos característicos del ciclo menstrual normal. Incitan el ovario, que produce estrógenos y progesterona, a que libere un óvulo. A medida que una mujer avanza en edad, sus ovarios no responden como antes a la acción ni del folliculostimuline (HFS) ni del lutéinostimuline (LH). Con el tiempo, la producción de las hormonas estrógenas y progesterona bajan y el organismo femenino deja de liberar óvulos.
La causa de la menopausia prematura puede ser genética o estar provocada por afecciones autoinmunes. Estas afecciones producen anticuerpos que pueden dañar los ovarios. La extirpación quirúrgica de los ovarios provoca una menopausia artificial. También el tratamiento de un cáncer la provoca, debido a la quimioterapia y radioterapia.
Síntomas y complicaciones
Antes de que sus reglas cesen completamente, una mujer puede sentir variedad de síntomas desagradables, como bocanadas de calor, irritabilidad, sudores nocturnos, disminución del control de la vejiga, infecciones vesicales, sequedad vaginal y dolor durante las relaciones sexuales. Estos síntomas pueden continuar después de la menopausia.
Cerca del 75 % de las mujeres tienen sofocos. Durante el sofoco, la cabeza y el cuello se ponen rojos y calientes y un sudor abundante se produce. Un sofoco dura de 30 segundos a 5 minutos y puede ir seguido de un escalofrío. Pueden comenzar a manifestarse dos años antes de la menopausia luego empeorar durante los dos años que siguen a la menopausia y, progresivamente, atenuarse en el curso de un intervalo de seis años. Cerca del 60 % de las mujeres sienten sofocos durante poco menos de 7 años y hasta el 15 % de ellas los sufren durante 15 años o más tiempo.
La fluctuación de las tasas de hormonas puede hacer a la mujer sentirse irritable, cansada y nerviosa. Puede, también, tener trastornos del sueño, dolores de cabeza, aturdimientos o golpeos rápidos o irregulares del corazón. Una falta de estrógenos vuelve la piel de la vagina más delgada lo que provoca sequedad, picores o sensaciones de quemadura vaginal. La falta de estrógenos también puede causar dolor en el curso de las relaciones sexuales. Ciertas mujeres pueden ver su control vesical aminorarse y, si llega el caso, experimentar una sensación de dolor muscular y articular.
Las mujeres postmenopausicas son más susceptibles de padecer osteoporosis, fenómeno caracterizado por un adelgazamiento de los huesos. A las mujeres afectadas de osteoporosis puede rompérseles fácilmente las caderas y las vértebras. A algunas mujeres de más de edad puede rompérseles un hueso sin tener una caída. Durante los cinco primeros años de la menopausia una mujer pierde del 3 % al 5 % de su masa ósea al año. Los cinco años siguientes pierde del 1 % al 2 % de su masa ósea cada año. El tabaquismo, el consumo abusivo de alcohol, la falta de ejercicio y la aportación insuficiente de calcio en la dieta constituyen factores de riesgo.
Diagnóstico
Un médico establecerá un diagnóstico basándose en los síntomas que nota la mujer teniendo en cuenta sus antecedentes médicos. También deberá hacerse un examen físico y análisis para determinar sus tasas hormonales.
Tratamiento y prevención
La experiencia de la menopausia es exclusiva en cada mujer y el tratamiento se dirige a los síntomas más molestos.
Los sofocos.
Podemos tratarlos con la ayuda de medicinas bajo receta y de cambios aportados al modo de vida.
Entre las medicinas bajo receta que pueden ayudar a tratar los sofocos encontramos el hormonothérapie (estrógeno con o sin progestágeno) en forma de píldora, en forma de sello transdérmico o en forma de gel cutáneo, el clonidine y la asociación medicamentosa belladone – ergotamine – fenobarbital (Bellergal ® Spacetabs). Las mujeres que todavía tienen su útero y toman estrógenos también deberían utilizar un progestágeno (por ejemplo, medroxiprogesterona, la progesterona o el acetato de megestrol) con el fin de contrarrestar el riesgo aumentado de cáncer del endometrio al cual pueden exponerle los estrógenos.
Las mujeres antes de alcanzar la menopausia podrían sacar partido de la hormonoterapia, porque reduciría sus síntomas.
Dado que la hormonoterapia provoca efectos secundarios y presenta riesgos cuando su empleo se prolonga, hace falta que la mujer y su médico sopesen los beneficios y riesgos potenciales de este tratamiento y que ella tome la dosis más débil necesaria.
La toma del hormonoterapia puede ser diaria o cíclica. Con la terapia cíclica, las hormonas son tomadas ciertos días del mes y las mujeres tienen las hemorragias mensuales semejantes a una menstruación ligera. Con tratamiento continuo, las hormonas son tomadas cada día. No hay hemorragia mensual, pero las mujeres pueden tener pequeñas cantidades de hemorragias irregulares en el curso de los tres a seis primeros meses de tratamiento continuo. Habla con tu médico para saber qué método te convendría mejor.
Los estrógenos tomados durante más de cinco años podrían aumentar el riesgo de cáncer de pecho para algunas mujeres, aunque el empleo de esta hormona aumenta débilmente este riesgo. Una evaluación de los riesgos y beneficios se impone para cada mujer, así como un seguimiento regular. En general, una mujer no debería tomar estrógenos si padece, o padeció, cáncer del pecho, cáncer del endometrio avanzado o hemorragia vaginal anormal.
Los términos naturales y sintéticos son a menudo utilizados para describir los diferentes tipos de estrógenos y progestágenos. Estos términos pueden llevar a confusión porque pueden señalar realidades diversas. El término «naturaleza» describe algunas veces la estructura química de la hormona (exactamente la misma que la de las hormonas producidas naturalmente por el organismo humano), pero a veces se utiliza para describir el origen de estas hormonas (por ejemplo, vegetal o animal). Lo más importante es saber si recibes la dosis y la preparación que te conviene mejor, y no el origen de la hormona, el que sea natural o sintética.
En cuanto al alivio de los síntomas de la menopausia, no existen actualmente bastantes pruebas a favor del uso de sustitutos y remedios a base de plantas medicinales como el actée de racimos negros. Anota bien que debes pedir consejo a tu médico o farmacéutico antes de probar un remedio a base de plantas medicinales, sobre todo si sufres otros problemas médicos o si empleas otras medicinas.
Modificando tu modo de vida podrías atenuar los sofocos adoptando ciertas prácticas, como:
· Conocer técnicas de relajación o una forma de respiración controlada.
· Consumir bebidas o alimentos fríos.
· Dormir en un cuarto fresco y sombrío.
· Evitar las bebidas y los alimentos demasiado calientes.
· Hacer regularmente ejercicio físico.
· Perder un excedente de peso.
· Usar ropa de algodón u otros tejidos naturales.
· Utilizar un ventilador o un acondicionador de aire.
La sequedad de la vagina
Cuando la sequedad de la vagina, dolor en el curso de las relaciones sexuales, es el síntoma más molesto es posible obtener un cierto alivio gracias a medicinas disponibles bajo receta o sin receta, a tratamientos no convencionales o a cambios aportados al modo de vida.
Puede ser mediante estrógenos introducidos en la vagina bajo formas diversas (por ejemplo, pastillas, anillos o cremas) que pueden atenuar la sequedad de la vagina. Estas medicinas abastecen de estrógenos a la vagina mejor que mediante la circulación de la sangre como lo hacen las píldoras, los sellos transdérmicos o los geles cutáneos.
Tratamientos sin receta o no convencionales pueden aliviar la sequedad de la vagina, particularmente el gel polycarbophile, lubrificantes o la vitamina E en crema.
Entre los cambios aportados al modo de vida susceptibles de atenuar los síntomas de la sequedad de la vagina, contamos:
· Abandono del tabaco.
· Aumento de la frecuencia de las relaciones sexuales o la masturbación.
· Prolongación de los preliminares amorosos.
· Reducción del estrés en tu vida.
Para remediar un control vesical aminorado podrías perder peso (en caso de exceso ponderal) y reforzar tu suelo pélvico por medio de ejercicios físicos. El control de tu vejiga podría efectuarse con medicinas.
Las mujeres que experimientan una ansiedad inmoderada y una gran irritabilidad durante la menopausia podrían pedirle a su médico que les prescriba un antidepresivo que aliviaría estos síntomas.
Con el fin de prevenir la pérdida ósea que acompaña la menopausia, las mujeres deberían disminuir su consumo de alcohol, de tabaco y tomar una dieta que les aporte diariamente bastante calcio y vitamina D (a saber, 1 200 mg de calcio y por lo menos 800 tipos de UI de vitamina D. Tu médico podría recomendarte tomar una dosis más fuerte de vitamina D en ciertos casos, y hasta podría prescribirte una medicina que fortificara tus huesos), si es preciso toma suplementos. El ejercicio y el entrenamiento de pesos, o entrenamiento en fuerza, ayuda a prevenir la osteoporosis y a controlar el peso corporal.
Para tener el corazón con buena salud deja de fumar, conserva un peso saludable, haz regularmente ejercicio y sigue una dieta equilibrada y sana. Según tus factores de riesgo de enfermedad cardíaca, puede que tu médico te recomiende medicinas para reducirlo, particularmente medicinas para estabilizar tu presión arterial o tu colesterol.
Anota bien que la menopausia constituye una fase normal de la vida de una mujer. No podemos evitar la menopausia natural.